Esta semana, partiendo de la frase “ASCENDIÓ POR MI ESPALDA, SUAVE COMO LA PIEL DE UNA SANDÍA”, hemos investigado esa fruta, la sandía.
Para investigar nos juntamos con los niños de la clase de Bea.
Primero observamos la sandía, su forma, su color, el tamaño, la textura.
- Tiene forma de pelota. (Sergio)
- De pelota de baloncesto. (Rodrigo)
- Es verde a rayas. (Andrea)
- Verde claro y oscuro. (Celeste)
- Es muy grande, más que una manzana. (Sandra)
- Sí, y más que una pera. (Laura)
- Es lisa y suave. Y también dura. (Adrián)
- Sí, porque el coco era rugoso. (Sergio)
Bea y Laura nos preguntaron que pasaría si nos subiésemos a una montaña o a una cuesta con la sandía y la lanzáramos.
- Que se rompería. (Nacho)
- Sí, se rompería en trocitos. (Martín M.)
Pero…¿y si la dejáramos en el suelo con cuidado?
- Rodaría como una pelota. (Celeste)
- ¿Por qué lo sabemos? (profesora)
- Porque es como una pelota. (Celeste)
- Es un círculo. (Andrea)
Y para comprobar si estábamos en lo cierto, con el banco de clase hicimos una cuesta y lanzamos varios objetos con diferente forma. Y pudimos ver que algunos de ellos rodaban y otros patinaban. Cuando lanzamos un bote con forma de cilindro vimos que al cambiarlo de posición (de pie o tumbado), podía rodar o patinar. Y ocurrió lo mismo con una figura de madera plana con forma de círculo. Pero nuestra sandía si que rodó.
También nos preguntaron si esta sandía pesaría más o menos que algunas cosas.
¿Pesará más que una naranja? ¿Pesará más que un niño? ¿Pesará más que un papá o una mamá? ¿Pesará menos que una mesa? ¿Pesará menos que un globo? ¿Pesará menos que un coche?
Además nosotros también dijimos muchos objetos que pesarían más o menos que nuestra sandía. Con algunos tuvimos dudas porque tenían un tamaño parecido, por ejemplo: una pelota de baloncesto.
Y las profes nos preguntaron cómo podríamos resolver esas dudas.
- Con un metro. (Noah)
- Con un pesador. (Sergio)
- Si, si, con un pesador. (Álvaro)
- Yo tengo un pesador en mi casa, en el baño. (Martín J.)
- Yo también. (Dani O.)
Nos tocó pensar un poquito el nombre real de ese objeto que pesa. Hasta que alguien dijo: báscula.
Hablamos de los sitios donde hay básculas: en casa, en la farmacia, en la frutería, en el supermercado… Y también comentamos qué cada uno sirve para pesar unas cosas o personas: bebés, niños, fruta, comida…
Dijimos que un globo pesaría más que nuestra sandía, y eso tuvimos que comprobarlo. Así que hinchamos un globo grande. Nos llevamos una sorpresa: aunque era más grande, pesaba menos. El globo no está vacío, está lleno de aire y…
- El aire si pesa, pero poco. (Miriam)
Todavía nos quedaba comentar una cosa de su aspecto.
- ¿Os habéis fijado que la sandía tiene dos agujeritos, uno en cada lado? ¿Para que será? (profesora)
- Para que no se salga la sandía. (Adrián)
- Para que se agarre al árbol. (Angus)
- Pero, ¿la sandía sale de un árbol? (profesora)
- No, sale del campo, de la tierra (Nacho)
- Sirve para que se agarre a la planta de la tierra. (Dani R.)
- Para juntarse con otras. (Arnell)
- Para que no se choquen. (Inés)
- Para cortarla. (Andrea)
- Para ponerle una cuerda arriba y una abajo y así puede subir y no se cae. (Martín J.)
- De ahí sale la rama. (Paula)
Y recordamos que es por la rama por donde toman el alimento, que necesita luz del sol, agua…
Al ser una fruta conocida, todos sabíamos cómo iba a ser cuando la abriésemos. ¡¡¡Y llegó el momento de probarla!!!
Al día siguiente plasmamos en papel nuestra experiencia.
Laurita, como se nota que has vuelto a la carga y los pilas a tope. Me alegro mucho de tu vuelta a la vida normal.
ResponderEliminarUn abrazo.