Hoy os traemos un corto precioso basado en el poema de Rubén Darío, A Margarita Debayle.
Rubén Darío, fue un poeta y escritor nacido en Nicaragua en 1867. Su verdadero apellido era García, pero se lo cambió al descubrir que parte de su familia, utilizaban también este nombre.
Aprendió a leer con tan solo tres años y a los 13 ya había compuesto su primera obra, por eso lo llamaron el "poeta niño".
Aunque la mayor parte de su obra fue dirigida a los adultos, Rubén Darío escribió algunos poemas infantiles, el más conocido de ellos es “A Margarita Debayle” un poema dirigido a una niña llamada Margarita, de 5 años, hija de un médico nicaragüense.
Rubén Darío, fue un poeta y escritor nacido en Nicaragua en 1867. Su verdadero apellido era García, pero se lo cambió al descubrir que parte de su familia, utilizaban también este nombre.
Aprendió a leer con tan solo tres años y a los 13 ya había compuesto su primera obra, por eso lo llamaron el "poeta niño".
Aunque la mayor parte de su obra fue dirigida a los adultos, Rubén Darío escribió algunos poemas infantiles, el más conocido de ellos es “A Margarita Debayle” un poema dirigido a una niña llamada Margarita, de 5 años, hija de un médico nicaragüense.
Cuenta la historia de una princesita valiente que quiere perseguir su sueño, dejando atrás todos sus miedos.
Esperamos que os guste y que no olvidéis la importancia de seguir nuestra propia estrella.
Bajo el vídeo os dejamos el poema completo para que lo podáis leer.
A MARGARITA DEBAYLE
Margarita está linda la mar,
y el viento,
lleva esencia sutil de azahar;
yo siento
en el alma una alondra cantar;
tu acento:
Margarita, te voy a contar
un cuento:
Esto era un rey que tenía
un palacio de diamantes,
una tienda hecha de día
y un rebaño de elefantes,
un kiosko de malaquita,
un gran manto de tisú,
y una gentil princesita,
tan bonita,
Margarita,
tan bonita, como tú.
Una tarde, la princesa
vio una estrella aparecer;
la princesa era traviesa
y la quiso ir a coger.
La quería para hacerla
decorar un prendedor,
con un verso y una perla
y una pluma y una flor.
Las princesas primorosas
se parecen mucho a ti:
cortan lirios, cortan rosas,
cortan astros. Son así.
Pues se fue la niña bella,
bajo el cielo y sobre el mar,
a cortar la blanca estrella
que la hacía suspirar.
Y siguió camino arriba,
por la luna y más allá;
más lo malo es que ella iba
sin permiso de papá.
Cuando estuvo ya de vuelta
de los parques del Señor,
se miraba toda envuelta
en un dulce resplandor.
Y el rey dijo: «¿Qué te has hecho?
te he buscado y no te hallé;
y ¿qué tienes en el pecho
que encendido se te ve?».
La princesa no mentía.
Y así, dijo la verdad:
«Fui a cortar la estrella mía
a la azul inmensidad».
Y el rey clama: «¿No te he dicho
que el azul no hay que cortar?.
¡Qué locura!, ¡Qué capricho!...
El Señor se va a enojar».
Y ella dice: «No hubo intento;
yo me fui no sé por qué.
Por las olas por el viento
fui a la estrella y la corté».
Y el papá dice enojado:
«Un castigo has de tener:
vuelve al cielo y lo robado
vas ahora a devolver».
La princesa se entristece
por su dulce flor de luz,
cuando entonces aparece
sonriendo el Buen Jesús.
Y así dice: «En mis campiñas
esa rosa le ofrecí;
son mis flores de las niñas
que al soñar piensan en mí».
Viste el rey pompas brillantes,
y luego hace desfilar
cuatrocientos elefantes
a la orilla de la mar.
La princesita está bella,
pues ya tiene el prendedor
en que lucen, con la estrella,
verso, perla, pluma y flor.
* * *
Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar:
tu aliento.
Ya que lejos de mí vas a estar,
guarda, niña, un gentil pensamiento
al que un día te quiso contar
un cuento.
¡Hola a todos!
ResponderEliminarNos encanta vuestro blog, por ello os hemos dejado un premio en el nuestro:
http://educacioninfantilriadevigo.blogspot.com.es/2015/05/recibimos-o-premio-black-wolf.html
Saludos
Muchas gracias por el premio.
EliminarUn beso.